... para dormir, digo.
Tristán, Raymond y yo.
Raymond fue adquirido en Ikea, amor a primera vista que se llama. El caso es que él estaba ahí, con otros tantos peluches, y yo dije "mira, esto lo pones en el salón y te sientes acompañado!!" (porque parece un poco de verdad). Y se vino con nosotros...
El problema es que parece como que la cama se me queda pequeña. Tristán duerme en el medio, Raymond a su izquierda, pasándole una patita alrededor del cuello y yo abrazando a Tristán y agarrando la pata de Raymond. Casi no hay sitio para darse la vuelta...
Esto es como cuando era pequeña, que algunas noches me daba por meter a "toa la panda" en la cama pa dormir. Éramos muchos, y la cama era de 90, así que aquello era un caos: Osi, Pandi (yo y mis nombres originales, como las tortugas "Clara" y "Oscura", ejem), Espinete, Kikina, Mimosín, Nenuca, luego ya apareció Tristán, alguno que no tenía nombre y "los peques" (o sea, muñecos que no eran de peluche, sino como de adorno y que se perdían en la cama los pobres... el más bonito, "cara huevo", un día estábamos de vacaciones en Gijón y me desperté y en la mesilla apareció aquel muñequito, que me había comprado mi hermana y me lo había dejado allí... qué ilusión me hizo!!).
Con Nenuca me costaba dormir porque me daba un poco de asquillo eso de que se hiciera pis, juas. Kikina era una muñeca que andaba y al principio me daba pavor. Dejó de andar el día que la metimos en la playa para jugar a Los vigilantes de la playa... ahora que lo pienso, creo que soy la primera persona del mundo que casi se ahoga en la orilla... pero es que la ola que venía era tan grande... y yo tenía tanto miedo... que me las apañé para agarrarme a mi hermana y hundirla conmigo, con la consiguiente humillación cuando pasó el susto y nos dimos cuenta de que el agua no nos cubría ni por el muslo... ejem.
Bueno, cambiando de tema... el otro día fue triste, porque se marchó definitivamente del curro el que me cae a mí tan bien :(
Todo fue muy rápido, yo andaba de arriba a abajo y no me di cuenta de que se andaba despidiendo de todo el mundo, hasta que me dice "bueno, niña, ya me voy para siempre", y me quedé parada, con la sensación ésa de que se te empañan los ojillos y todo... y le dije "pero cómo que para siempre?"... "pues sí, para siempre"... "pero nos vendrás a ver, no?"... "hombre, al principio sí, luego ya... jeje"... "pues manda fotos o algo!!!". Todo en plan muy de cachondeo, cuando lo suyo habría sido que me agarrase a su pierna y le dijera "no se vayaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, porfaaaaaaa, no se vaya, quédese aquí pa siempreeeeee!!!!". Creo que le debería haber demostrado más que me daba pena que se marchase, porque fue como "bueno, pues ale, taluego!!", y no era así. Pero bueno, no me salió en el momento... aunque sí que me da penita, sí. Jopé.
En fin... pues como hoy y mañana es fiesta en León, el viernes voy a morir. Tuve que dejar cuatro carpetas para el viernes porque me las dieron a última hora. Y entre que meta la relación de estos días, que además como sólo es fiesta allí habrá habido movimiento, y las carpetas.... lo mismo voy un poco antes pa no estresarme. Aunque claro, esto es como todo, seguro que una vez termine eso, no hay más. Nunca se sabe...
Bueno, pos eso. Que hace mucho que no escribo. Me planteé cerrar el blog, pero nunca sé cuándo lo voy a necesitar. Ya no me apetece escribir. Su mejor época fue la de los acertijos, las cinco del viernes, Billy Boy, Ury, Minna... a Marco no le menciono porque suele estar siempre. Me hubiera apuntado a "los tres parpadeos" si no fuera porque entonces no tenía cámara... ainssssssssssss, molaba más antes, sí!!
Besines.
23 de abril de 2008
7 de abril de 2008
Magazín
Magazín no es una tienda cualquiera, es LA tienda.
Desde pequeñita, cuando todos los veranos íbamos a Gijón de vacaciones, una buena parte de mis ahorros se quedaban allí. Allí compré los primeros tebeos de Esther (bueno, casi todos, la verdad, menos los que compré en ebay y alguno que encontrara de casualidad... y en la tienda que me chivateó Fiebre, por supuesto :D). Los primeros libros... si hasta me leí El Diario de Ana Frank cuando era un mico!! allí conocí a S.King (también leyéndole demasiado pronto), me hice con La Metamorfosis y hasta con algo de Neruda. Era un chollazo, encontrabas de todo y te podías pasar allí un buen rato todas las tardes porque siempre había algo que ver.
(El resto de mis ahorros iban a parar a las chuches y a las maquinitas de entonces... anda, y ahora que me acuerdo, mi hermana y yo siempre tuvimos el capricho de comprar una máquina registradora, como las de las tiendas, para jugar a las cajeras, jeje... según avanzaba el mes, íbamos distribuyendo todas nuestras nuevas adquisiciones encima de nuestras camas, como si fuera Magazín, y una hacía de cajera y la otra de compradora, y nos divertíamos mucho haciendo tickets y todo eso, jeje... nunca compramos la máquina esa, qué pena!)
Hace relativamente poco, pasamos Jandro y yo por delante y nos entró un bajón cuando vimos que ya no estaba el letrero de siempre (naranja y blanco? tendría que haberle hecho una foto...).
PERO lo volvieron a abrir. No es lo mismo, es mucho más moderno, los libros ya no están llenos de polvo, ya no tienes la cosa de decir "como esto lleva aquí tanto tiempo, lo mismo encuentro un tebeo del año la pera". Pero los dueños son los mismos. Y sigue siendo un chollazo. Casi tuvimos que salir de allí a punta de pistola, porque había tantas tentaciones... yo me "conformé" con tres libros (por diez euros los tres, dime si no es un chollo! aunque obviamente son de hace tiempo, pero bueno). Me cogí "Punto crítico", de Crichton, "Mutación", de Cook, y "Psicópata", de Keith Ablow (ni idea de quién es, a ver si me gusta).
Así que Magazín ha regresado, con nuevas bolsas que respetan el diseño de las anteriores, con marcapáginas y con Esther en el escaparate :)
Desde pequeñita, cuando todos los veranos íbamos a Gijón de vacaciones, una buena parte de mis ahorros se quedaban allí. Allí compré los primeros tebeos de Esther (bueno, casi todos, la verdad, menos los que compré en ebay y alguno que encontrara de casualidad... y en la tienda que me chivateó Fiebre, por supuesto :D). Los primeros libros... si hasta me leí El Diario de Ana Frank cuando era un mico!! allí conocí a S.King (también leyéndole demasiado pronto), me hice con La Metamorfosis y hasta con algo de Neruda. Era un chollazo, encontrabas de todo y te podías pasar allí un buen rato todas las tardes porque siempre había algo que ver.
(El resto de mis ahorros iban a parar a las chuches y a las maquinitas de entonces... anda, y ahora que me acuerdo, mi hermana y yo siempre tuvimos el capricho de comprar una máquina registradora, como las de las tiendas, para jugar a las cajeras, jeje... según avanzaba el mes, íbamos distribuyendo todas nuestras nuevas adquisiciones encima de nuestras camas, como si fuera Magazín, y una hacía de cajera y la otra de compradora, y nos divertíamos mucho haciendo tickets y todo eso, jeje... nunca compramos la máquina esa, qué pena!)
Hace relativamente poco, pasamos Jandro y yo por delante y nos entró un bajón cuando vimos que ya no estaba el letrero de siempre (naranja y blanco? tendría que haberle hecho una foto...).
PERO lo volvieron a abrir. No es lo mismo, es mucho más moderno, los libros ya no están llenos de polvo, ya no tienes la cosa de decir "como esto lleva aquí tanto tiempo, lo mismo encuentro un tebeo del año la pera". Pero los dueños son los mismos. Y sigue siendo un chollazo. Casi tuvimos que salir de allí a punta de pistola, porque había tantas tentaciones... yo me "conformé" con tres libros (por diez euros los tres, dime si no es un chollo! aunque obviamente son de hace tiempo, pero bueno). Me cogí "Punto crítico", de Crichton, "Mutación", de Cook, y "Psicópata", de Keith Ablow (ni idea de quién es, a ver si me gusta).
Así que Magazín ha regresado, con nuevas bolsas que respetan el diseño de las anteriores, con marcapáginas y con Esther en el escaparate :)
3 de abril de 2008
El cocido y las gafes
Hoy fuimos "los compis del café" a comer un cocido... que ya sabíamos nosotros que justo para cuando decidiéramos ir, haría calor. Y así ha sido, sí.
Bueno, que la frase que lo puede resumir es la que le he dicho a Jandro hablando después con él: "es que el cocido no sabía como el de mi madre". Je, la típica frase, no?
La verdad es que estaba más bien malucho. Se salvaba la sopa, y eso que tenía los fideos demasiado cocidos :S La carne... bueno, es que no he comido carne, pero había bien poquita. El choricín también muy escasito... no sé, que no estaba rico. La mousse de limón parecían más bien unas natillas, y el chupito me sabía a whisky y no me lo tomé porque me daban ganas de vomitar. Así que la próxima vez iremos a otro sitio (y preferiblemente en invierno, por favor!).
Lo que estuvo gracioso fue después, tomando unas cañitas en una terracita, que a uno le dio por comprar los "rasca" estos de la once... bueno, pues éramos siete personas en ese momento (tuvimos tres "bajas" por el camino, jeje). Rascamos tres veces cada uno (eso vicia, que lo sepáis, no lo compréis nunca!). Y os podéis creer que de las tres rondas, dos personas sacaron premio en las tres (mínimo, pero premio) y tres (me incluyo) no sacamos nada en ninguna?? Así que somos gafes. O, como dijo una, "afortunada en el juego... y viceversa", así que llegamos a la conclusión de que probablemente teníamos unos novios buenísimos y que por eso no teníamos suerte rascando :D
Por cierto, que ayer casi me atropellan. Iba yo cruzando una carretera de cuatro carriles (por paso de cebra, eh), dos en un sentido y dos en otro. Lo que pasa es que ese paso de cebra está justo según sales de una rotonda y es un poquito peligroso, pero tampoco hay otro sitio por donde cruzar. Bueno, pues el coche del carril más cerca de mí sí paró, pero salió uno todo follao de la rotonda por el otro carril que no me vio. Vamos, es que le vi la cara de susto, o me lo imaginé. Claro, yo me quedé un poco parada delante del otro coche, yo creo que no me pitó pa que me quitara ya porque me vio la cara de acojoná que se me quedó.
Y lo curioso es que me pasó como cuando nos dieron el golpe en el coche de Susana, que segundos antes tuve la impresión de que me iban a atropellar (la otra vez fue que tuve la clara impresión de que nos iban a dar un golpe). Jandro me dijo que son cosas que percibimos subconscientemente, y eso me hizo pensar... cuántas cosas se nos "escapan" a lo largo del día? es decir, cuánta información no procesamos a nivel consciente pero sí subconsciente? por qué no tengo una información de ésas con los números de la primitiva?? jeje.
Besines.
Bueno, que la frase que lo puede resumir es la que le he dicho a Jandro hablando después con él: "es que el cocido no sabía como el de mi madre". Je, la típica frase, no?
La verdad es que estaba más bien malucho. Se salvaba la sopa, y eso que tenía los fideos demasiado cocidos :S La carne... bueno, es que no he comido carne, pero había bien poquita. El choricín también muy escasito... no sé, que no estaba rico. La mousse de limón parecían más bien unas natillas, y el chupito me sabía a whisky y no me lo tomé porque me daban ganas de vomitar. Así que la próxima vez iremos a otro sitio (y preferiblemente en invierno, por favor!).
Lo que estuvo gracioso fue después, tomando unas cañitas en una terracita, que a uno le dio por comprar los "rasca" estos de la once... bueno, pues éramos siete personas en ese momento (tuvimos tres "bajas" por el camino, jeje). Rascamos tres veces cada uno (eso vicia, que lo sepáis, no lo compréis nunca!). Y os podéis creer que de las tres rondas, dos personas sacaron premio en las tres (mínimo, pero premio) y tres (me incluyo) no sacamos nada en ninguna?? Así que somos gafes. O, como dijo una, "afortunada en el juego... y viceversa", así que llegamos a la conclusión de que probablemente teníamos unos novios buenísimos y que por eso no teníamos suerte rascando :D
Por cierto, que ayer casi me atropellan. Iba yo cruzando una carretera de cuatro carriles (por paso de cebra, eh), dos en un sentido y dos en otro. Lo que pasa es que ese paso de cebra está justo según sales de una rotonda y es un poquito peligroso, pero tampoco hay otro sitio por donde cruzar. Bueno, pues el coche del carril más cerca de mí sí paró, pero salió uno todo follao de la rotonda por el otro carril que no me vio. Vamos, es que le vi la cara de susto, o me lo imaginé. Claro, yo me quedé un poco parada delante del otro coche, yo creo que no me pitó pa que me quitara ya porque me vio la cara de acojoná que se me quedó.
Y lo curioso es que me pasó como cuando nos dieron el golpe en el coche de Susana, que segundos antes tuve la impresión de que me iban a atropellar (la otra vez fue que tuve la clara impresión de que nos iban a dar un golpe). Jandro me dijo que son cosas que percibimos subconscientemente, y eso me hizo pensar... cuántas cosas se nos "escapan" a lo largo del día? es decir, cuánta información no procesamos a nivel consciente pero sí subconsciente? por qué no tengo una información de ésas con los números de la primitiva?? jeje.
Besines.
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