27 de marzo de 2007

Caer

Oyes una voz...

Te pide entre lágrimas que le tiendas una mano y le ayudes a levantarse.

Tú no tienes fuerzas... intentas tirar de ella hacia arriba, pero notas que lo que ocurre es que te hundes tú también.

Escuchas palabras desesperadas, sensaciones que tú también sientes. Por qué después de tanto esfuerzo y cuando parece que empiezas a remontar todo se oscurece otra vez? de qué me sirve molestarme en intentar salir adelante si luego mi propia mano me vuelve a sumir en la oscuridad? cuándo me va a tocar ser feliz de verdad?

Tú te quedas callada porque sabes que, digas lo que digas, no vas a ayudar. Pero tienes ganas de gritar que tú también te has hundido otra vez, pero que buscas la salida, que al final te acostumbras a caer y levantarte. Que aprendes que nadie te puede ayudar, que si no eres tú la que encuentra el camino te volverás a perder... que tienes miedo de vivir pero que al final se aprende. Que cada día tienes nuevos retos, que cada día te puedes superar. Y que de vez en cuando también tú necesitas aferrarte a algo para poder volver a levantarte.

Que te gustaría volver a ser una niña, sin preocupaciones... creer que nada ni nadie te puede hacer daño, que eres inmortal, que puedes volar, que puedes conseguirlo todo. Que merece la pena seguir adelante... que esto es vivir, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Que a veces hay que mirar hacia atrás para ver todo lo que has conseguido, y que si has llegado hasta aquí... nada te impedirá seguir avanzando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es que estamos en una edad en que empezamos a ver que la vida es una molestia.

Pero, como dice la frase: "si la vida parece darte la espalda, pellízcale el culo". Vamos, que mires las cosas con ironía, o buscándole el chiste. Es lo mejor.

Aunque también es verdad que hay momentos que viene bien desahogarse un poquito. Lo justo.

Ánimos!